martes, 10 de diciembre de 2013

Una peli de James Dean

Aquella noche olías a libro recién abierto,
a páginas separadas por primera vez.
A historia, a relato, a cuento.

Te leí con la yema de los dedos
te aprendí cada párrafo.
Me bebí la letra escondida en cada curva,
en cada esquina de tus piernas,
de tus labios a tus pies.

Tú eras un contrato de préstamo con usura,
el final de una barra sucia de cerveza con interés.
Yo el tipo que bebe dos horas antes de vivir.

Aquella noche olías a victoria,
yo a una peli de James Dean.






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