las siete de la mañana
me enferma la distancia entre tu amanecer y el mío,
me cortan tus sábanas negras,
tus pies desnudos, dormidos
allá lejos.
las siete y veintitrés de la mañana
me quema tu café por la garganta,
arcadas de medio punto en los dedos vomitando
palabras,
palabras,
palabras...
las siete y cuarenta y dos esta mañana
me duelen tus manos
en el centro del pecho, amputadas,
mutilado,
dolor fantasma.
las ocho menos tres de madrugada
me escuece tu champú en los ojos,
lágrimas, sabor a coco,
si recuerdo aquel anuncio por
palabras...
"alquilo mis piernas abiertas,
vendo amor a la pecorina, 30 euros por batalla".
las ocho y dos, ya casi es tarde
llegan tus pechos, tus hombros, tu nuca...
ombligo, boca, nariz, espalda...
tu cuerpo entero contra el insomnio,
orgasmo curativo encoge la nostalgia.
y todo esto para decirte que me haces falta.
puta distancia.
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