jueves, 13 de marzo de 2014

papel

estás en lo cierto,
un papel en blanco es aterrador.
una página entera,
un cuaderno apaisado encuadernado en espiral.
vacío.
cómo llenarlo... de qué.
un reguero de palabras digeridas
en una carrera contra el sueño
sería suficiente.
pero, ¿qué palabras?

pasas una página y todo vuelve a empezar.
no...
no es la virginidad del papel lo que asusta,
blanca, impoluta,
es la necesidad de mancharla,
de seducirla entre líneas,
de mentirla a medias para montarla entera,
de ensuciarla de esperma azul de tinta
sobre las sábanas.

son tus hombros,
tu vestido verde,
es tu saliva
a la que aspiro dentro de mi boca
y en los vasos de cristal de mi cocina,
es tu pelo empapándose en mi ducha,
es tu presencia, tu ausencia...
lo que asusta.

y yo
que me curvo cada noche
bajo la lámpara en una habitación oscura,
que me desvelo, que me desangro,
que sobrevivo obsesivamente
en cada pelea contra el jodido papel en blanco,
vacío...
que sólo respiro cuando abandono el texto
a su suerte,
como un pastor al que se la sudan las ovejas...

me muero de miedo esta noche,
arropado de impotencia,
cobarde desertor
lejos de ti,
blanca, impoluta,
necesitado de mancharte,
de seducirte entre líneas,
de mentirte a medias para montarte,
de ensuciarte de mi esperma blanco
sobre las sábanas.










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