sábado, 5 de julio de 2014

5VII

Si para ser inmortal tengo que dejarme las yemas de los dedos cada noche,
mientras el mundo se pudre
y yo te espero,

caminaré sin identidad el resto de los días.

Si para considerarme eterno en un ataque de arrogancia,
tengo que destriparme
y sacarme el corazón por las costillas cada vez que oscurece,

dejaré un cadáver vacío.

Si para escapar del olvido
tengo que sangrar palabras a borbotones,
y llenarme de tinta las arterias,
y dejarme el calor quemando páginas vacías,

sólo te alimentarás de mis huellas.

Pero sabes bien
que renunciaría a la memoria por recorrer a tu lado un solo metro del camino.

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