esta noche
no habrá negociación,
ni enmiendas,
ni valores,
ni objetividad en los porcentajes de la presión que sufrirá el nudo
con el que pienso atarte a la cama.
Esta noche dormirás conmigo en la celda
y si al amanecer hay ejecución,
será la de tu pasado y el mío,
la de los filtros del café de la mañana,
la del silencio de madrugada guillotinado a polvos sin redención
ni última llamada.
No me hablarás de contratos preventivos de dolor,
no voy a dejarte,
sólo entiendo de cuidados paliativos.
Compartiremos custodia de sexos,
te dejaré libre sólo la parte no estipulada de alma
que necesitarás para regresar
después de marcharte.
Podríamos vivir en prisión
o en nuestra unidad de vigilancia intensiva del deseo.
Podríamos,
simplemente,
probar a querernos sin cláusulas de rescisión.
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