martes, 1 de julio de 2014

LIII

si me arrancaste los escrúpulos con la primera sonrisa,
y me resucitó la honestidad brutal
cuando la acompañaste de tus piernas cruzadas,
si no me acordé de adivinarte las tetas porque me ataste a los ojos,
cómo pretendes que no te rompa las ventanas a gritos
cuando me cierras la puerta principal.

asómate a mi mundo y salta,
pero al de verdad,
no tomes precauciones, yo te curo las heridas,
y si te escuece tendrás que joderte.
prefiero los ángeles sin alas que se estrellan contra el suelo,
ésos con sexo sin aureola y sin apagar la luz.
me quedo con los caídos que se tambalean borrachos de alcohol
las noches que hace falta jugarse el corazón en un órdago a chica.

si vas a temblar sácale el jugo
que la piel se eriza mejor si no hay distancia sobre la otra,
que tiene frío desordenando excusas en los cajones.

yo te prometo un pulso frágil
cuando te desabroche los botones del pantalón,
cuando aprendas a leerte.


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