se me fueron perdiendo los héroes por el camino,
se dejaron jirones de capa en las enredaderas de fachadas vulgares
por cualquier parte de la ciudad,
gastaron sus botas
a fuerza de correr a ras de suelo y tropezar
en nuestros mismos agujeros.
olvidaron sus poderes a la vuelta de la esquina
el día que tuvieron miedo,
desaparecieron los cambios fugaces de ropa,
los uniformes,
las armas contra el crimen...
por fin fueron vulnerables,
y se siguieron tomando una cerveza conmigo.
y ahora,
más que siempre,
sigo queriendo ser como ellos.
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