miércoles, 4 de junio de 2014

Hay una chica que teme que le dedique cosas... analítica de la situación

Enciendo la televisión 
y me encuentro un capítulo de navidad de los Simpson a principios de junio. 
Todo está desubicado, 
como mi mente durante todo el día, 
como los cubiertos de mi cocina, 
como yo, 
como las velas sin usar apagadas de impaciencia sobre la mesa, 
que compré como amuleto antes de invitarte a cenar. 
Estoy convirtiendo el salón en un escenario de actor secundario 
y las noches pasan por delante de la puerta sin tocarla.

Los cabezazos mantenidos contra tu pared me están dejando sonado. 
Necesito descansar y, sin embargo, 
no me apetece, 
y con embargo, 
me has robado la desilusión que amaba con todas mis fuerzas, 
la que me hacía no esperar nada y punto... 
has tenido los huevos de existir. 

Y yo que duermo con la tele encendida por si los fantasmas, 
que odio el supermercado de víveres para uno, 
que aún tengo recaídas cuando te meto en la centrifugadora y no consigo deformarte, 
que lloro con los pianos... 
he tenido los huevos de encontrarte y no dejarte marchar. 

Y de darte ventaja contando mis miserias 
en una avalancha escrita descrita con detalle, 
haciendo inventario de mi dolor de tripas, 
huyendo del lobo estepario que nos contó Hess, 
nombrando escritores muertos que nacieron un siglo exacto antes que yo, 
para hacerme el listo o porque me apetece, 
no lo sé.

Pero aún me guardo secretos... 
canto a gritos en el coche, 
sigo mirando a las otras mientras me acuesto contigo, 
tengo una manta de abrigo sobre el sofá, 
y me he escrito una lista sin firmar
de las veces que me he puesto colorado estando a tu lado.

Y aún tengo más... 
no sé cómo continuar, 
si con un poco de hielo sobre los chichones 
o echándole cojones y ya está. 

¿Te das cuenta? 
Soy pequeño haciéndome el valiente sin manual.

0 comentarios:

Publicar un comentario

 
;