Ejecutemos al mundo de un disparo en la abstinencia,
trepemos a las estanterías y arrojemos al suelo
todos los libros que no hablan de ti,
quememos las plantaciones de sábanas frías
a llamaradas de insolencia y polvos de pólvora gris.
Arráncate el traje de martes y enséñame la piel de animal
que cubre los huesos del hambre,
quítame la ropa a bocados de necesidad
y te desnudaré despacio la tela sobrante.
Fóllame el alma, quid pro cuo, y no se te ocurra marcharte.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario