crema de masajes sabor frambuesa en la cocina
por si la vida,
cuatro paredes encaladas de resaca contra el suelo
y
por supuesto,
mucho más.
un par de latigazos,
claro,
entre la espalda y el pecho,
fieles a la cita,
y
desde luego,
un cincel de instantes golpeando en la memoria
y en el pelo,
y en los vasos,
y en las tripas,
y algo más...
esa forma de no marcharse
que se te sube a hombros
cuando te nacen raíces entre los dedos al caminar.
y dos besos a la tierra,
y encantado,
y seguiré tu rastro hasta el final.
y mientras tanto el olvido
bien jodido
en su rincón.
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