y tu mente un deseo sin freno ni excusa de tu cuerpo.
que mi desierto favorito lo encuentro en el mapa
a cinco centímetros de tu ombligo.
que guardo la carnívora intención de seguir poseyéndote a ratos
y liberándote después.
que trato de asesinarte en cada línea que escribo.
que mido el tiempo que tardas en volver
con una clepsidra llena del sudor que te dejas en mi cama.
que existe una extraña tendencia de mis dedos
a dibujar en el aire tus caderas cuando te veo alejarte.
que te mastico y te desnudo sin que lo notes
cada vez que te sientas a atarte las sandalias.
que mi vida se curva sobre sí misma mientras follamos.
que he perdido la dirección de mi celda
entre los pliegues del vestido de dudas que te pusiste ayer.
que a veces siento miedo a tus alturas...
y siempre, a que no te quedes cuando te vas.
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