He decidido convertirme en kamikaze contra tu olvido.
He decidido dejar de ser un libro cerrado en tu estantería,
leído en contraportada,
que una tarde encontraste escondido de segunda mano
caminando por Madrid,
releído por otros ojos...
esperando.
Voy a dejar de cubrirme de polvo delante de ti
cuando el polvo lo necesito en tu cama.
Voy a hacerme el harakiri en cada centímetro rasurado de tu piel,
me voy a sacar las tripas por honor para que las veas,
para que comprendas
que lo que quiero es un viaje por tu forma de mirarme,
una historia en secreto debajo de tu falda y luego
encontrarte los miedos para tenerlos contigo.
Y convencerte de que el siempre no llega hasta el final,
de que busco el sabor de tu boca aquí y ahora,
de que el aire lo encuentro en el espacio que me dejas
entre tus muslos cerrados...
de que me ahogo.
Voy a contarte que la historia de verdad se lee en páginas ocres
manoseadas por años terminados,
que huelen a trinchera abandonada, a soldado que sobrevive
con las heridas cerradas que una vez sangraron otros brazos,
otros pechos, otros sexos,
otros cuerpos que no eran tú.
Si no consigo que te embarques en la tormenta conmigo
voy a seguir sin ti.
Desvestiré otra ropa sobre otra piel mientras te busco en la ventana.
Y si no consigo olvidarte tampoco esperaré,
serás reo culpable del tatuaje en mi espalda,
serás la isla en la que busco naufragar, la que no encuentro en el mapa.
Voy a ser un kamikaze contra el tiempo perdido.
Voy a abrirme la tripa con una espada para que reacciones.
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