viernes, 18 de abril de 2014

Una mera propuesta

Deberían enseñarte en las universidades,
la forma en que mueves las caderas,
la estrategia para sobrevivir a la montaña rusa de tus curvas cerradas,
a ese modo pornográfico de quitarte anoche el vestido.

Deberían enseñar esa manera de volver el amor del revés,
de convertirlo en un plato de carne poco hecha,
sucio y sincero,
que se me resbala por la barbilla y me limpio con el dorso de tus manos.
Deberían castigar la forma de querer del resto
con cuarenta latigazos de la más absoluta virginidad.
Debería existir una cátedra de ti de rodillas
y de tu forma de arrancarme un te quiero crudo mirando desde arriba.

Luego me vistes las calles mojadas con cualquier susurro en el oído,
reconstruyes la ciudad en clave de cicatriz erizada,
en frases desordenadas que desembocan siempre al deseo de ti.
Y suspendes cada uno de mis puntos suspensivos,
y llenas cada agujero oscuro con tu pulso de sangre roja
que vuelve calor el frío de recuerdos olvidados.
Deberían enseñarte en las universidades...
Fundamentos básicos universales
para resucitar a un tipo incinerado por el tiempo.










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