Es esta especie de melancolía absurda la que me persigue cuando te veo dormida. Aquella que te confesé mientras tomábamos una cerveza con todos los demás sin mirarles, dentro de esa burbuja de indiferencia al resto que nos envuelve cuando te acercas. Te descubrí que todo lo que me parece hermoso me provoca tristeza. No lo comprendiste, pero tus ojos de incredulidad hacia este tipo raro me parecieron un pozo en el que quería morirme de frío.
Y ahora estás aquí, tumbada en mi cama, desnuda, y en lugar de recorrerte, de dibujarme un mapa de tu cuerpo con la yema de los dedos, en lugar de apoyar mi cabeza en tu cintura y nada más... me quedo mirándote con un cigarro entre los dedos contando las veces que tiembla tu pecho, el número de latidos que se te dibujan en el cuello, y que he descubierto apartando un mechón de pelo rubio sin que apenas lo notaras.
Si he de naufragar en esta travesía de ciudades inventadas, me quedo con la playa en la que te ensucias de arena. Prefiero diseñar los castillos que construyes a pie de mar, sin moldes ni herramientas, a perseguir estúpidas princesas encantadas.
Trato de imaginar qué huellas dejas mientras duermes, me inclino hacia ti cuando susurras por si sueñas mi nombre. Paso el tiempo anudando un hilo a tu tobillo, y lo ato a la resurrección de esta vida estancada, convertida en pasajero de un tren que viaja hacia lo que ni a ti ni a mí nos apetece preguntarnos.
Siento vértigo cuando el sol entra por la ventana y sigo aquí sentado. Casi no puedo respirar cuando pienso que vas a abrir los ojos y no voy a poder explicarte por qué... por qué esta cara de convaleciente de la soledad, por qué estas ganas de llorar se me mezclan con las de follarte. Así que cuando lo haces, me tumbo a tu lado y te tapo la boca mirándote a los ojos... porque no quiero que me preguntes, porque no sé cómo contar que disfruto menos dentro de ti que mirándote desde afuera, que un polvo es un polvo, que me comería tu carne y la forma en que te mueves, que me muero por el sabor de tu lengua trepando por mí, que te deseo nada más pensarte...
pero que me gustas más mientras duermes.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario