sábado, 3 de mayo de 2014

Pensamientos sociales y razones para que vengas

A veces tengo ganas de erradicar
de forma violenta
a toda esa gente
que me cruzo por la vida,
hasta en los semáforos,
infectada por la soberana estupidez
que hace imposible
la supervivencia de la especie.

Propongo la castración selectiva,
sin dilación,
usando un baremo detallado
para medir la gilipollez.
No me entendáis mal,
no lo haría por mi futura descendencia
si existiera o existiese algún día,
si no por propia comodidad.

Otras veces les amo a todos,
les comprendo,
y dejo de abogar por la resurrección de la guillotina.
Esto sólo ocurre
cuando estás conmigo.
¿Te das cuenta, rubia,
de la cantidad de vidas
que podrías salvar?



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